No es ningún secreto que la situación económica y financiera del Sevilla FC, es bastante comprometida. Varios años seguidos dando pérdidas, añadiendo la devaluación de la plantilla en cuanto a su valor de mercado y dos despidos millonarios de entrenadores, provocan que el próximo verano, esté la cosa bastante justa y apretada.
La política de fichajes del club ya la estamos viendo, jugadores jóvenes y que acaben contrato, como los casos de Federico Gattoni y de Adriá Pedrosa.
En la vida pasan trenes que si no coges nunca más vuelven a pasar, y al Sevilla parece que se le puede poner un tren bastante gordo delante de sus narices.
La venta de Bono es algo que casi se da por sentado ya. El portero marroquí ha tenido ofertas importantes durante el pasado verano y el mercado de enero, negándose a irse por el respeto y compromiso que le tiene a la entidad, y también por lo feliz que está en Sevilla. Pero el marroquí quiere firmar su último gran contrato y ese está en la Premier. Será despedido con honores, como se merece.
Aparece una oportunidad de mercado cada vez más cercana. Mamardashvili, portero georgiano del Valencia, gusta en Nervión, por sus condiciones y su edad.
Se puede poner a tiro ya que el Valencia cada vez más es carne de Segunda División, llegando según las estadísticas a casi un 50% de posibilidades de bajar. El joven cancerbero tiene una cláusula libertaria en caso de descenso de los chés.