El calor estaba siendo uno de los protagonistas en los últimos días en Sevilla hasta que llegó curiosamente el Slavia de Praga, rival de los de Machín en los octavos de final de la Europa League. Desde el club checo insistieron en que su llegada temprana era para tratar de adaptarse al clima, pero la plantilla se ha encontrado con una lluvia inesperada este miércoles.