Sin Carriço llegó el caos

El desagradable sabor que ha dejado la derrota en Ipurua no es de los que se quitan fácilmente. La mayor virtud del Sevilla en el arranque de temporada, como estaba siendo su fortaleza defensiva, se vio totalmente deshonrada en media hora infame, donde los errores individuales condenaron al equipo. Fallos de concentración, de quedarse sin ese líder en el campo que corrige hasta el mínimo detalle. Su nombre es Daniel Carriço y sin el guardián en el campo apareció el caos.

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