Una de las tareas que se había autoimpuesto Matías Almeyda al fichar por el Sevilla FC, era intentar recuperar para el equipo, aquellos jugadores que habían caído en desgracia y en el olvido en los últimos años.
Nombres como Marcao, Januzaj y Nianzou, han ido entrando en la dinámica de juego, con resultados negativos a la larga.
Los dos defensas centrales salen continuamente en la foto de los errores defensivos del equipo, cuando están disponibles físicamente, como es el caso del francés.
A esto hay que unir que Tanguy fue, junto a Jordán, los dos que no quisieron prorratear su suelvo para aliviar la carga salarial del club.
Con Januzaj ha ocurrido lo mismo, después de varias pinceladas, sus últimas apariciones van acompañadas de penaltis innecesarios o pérdidas de balón, que cuestan goles.
Ya lo dijo en su día Joaquín Caparrós, cuando tienen que quedarse «malos» jugadores en tu plantilla, al final terminan jugando y te la acaban liando.
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Por lo tanto, llegamos a la triste conclusión de que si estos jugadores antes no jugaban, con los muchos entrenadores que han pasado en los últimos años por Nervión, por algo sería…
