Mientras que el capitán del Escobedo, Mario, se afana en que todo salga bien en la imprenta en la que trabaja, y su compañero Pepín, ganadero, prepara la comida para sus vacas, el presidente del club, Luis Merino, no para de atender el teléfono. Es su momento. A falta de apenas seis días para que el Sevilla visite el estadio Eusebio Arce, el pueblo cántabro vive la emoción de la Copa. «Nos tocó el gordo con el Sevilla», repite Merino a ABC de Sevilla. El tono de su voz, enérgico y firme, delata la ilusión. La alegría se palpa. Habla rápido, como queriendo contar todo, absolutamente todo. «Si usted viene al pueblo y pregunta por el presi, me encontrará. El presi para acá, el presi para allá… Lo que sí sé es que haré lo mismo que contra el Málaga», recalca con tono socarrón.
