Si hay una cosa que está clara, es que Jorge Sampaoli tiene claro lo que quiere. Otro asunto es que sea capaz de ejecutarlo. El peculiar entrenador contestó con otra autoafirmación -no es la primera- cuando se le preguntó por el incómodo runrún que manifestó Nervión antes del agónico y victorioso final ante Las Palmas. «Yo no tengo dudas, las que tenga la afición son cosa de la afición», dijo sereno. Es digna de elogio tal fe en su propio ideario.