Quique Sánchez Flores ha entrado en el Sevilla Fútbol Club con el pie derecho. El madrileño, opción de consenso entre directiva y dirección deportiva, consiguió en su primer partido una plácida victoria ante el Granada que permite a los suyos alejarse del descenso.
El flamante técnico sevillista apostó por un once con cambios debido a las diferentes bajas. La ausencia de Rakitic (sancionado) y Sow (lesionado) privaron a Sánchez Flores de alinear el tridente que se venía viendo con Diego Alonso, aunque el plan no le salió nada mal.
Con Óliver Torres y Suso comandando la verticalidad en el eje del equipo, el Sevilla mostró un juego que parecía ya olvidado. La presión en el medio ayudó también a que los centrales pudieran lucirse, como fue el caso de un Kike Salas que cuajó uno de sus mejores partidos con el primer equipo.
Tanto el canterano como Óliver Torres, según informa ‘La Sevilla Futbolera’, han encandilado a su nuevo entrenador, que los habría considerado «intrasferibles».
Este medio asegura que el madrileño habría pedido a la dirección deportiva que no los deje salir en este mercado invernal, pues los considera jugadores valiosos para la tarea de devolver al Sevilla a la zona noble de la clasificación.