El pasado jueves se dio un episodio llamativo. Diego Perotti marcó un golazo de falta y el Ramón Sánchez Pizjuán se partió en dos, por un lado festejo y por otro pitos. Para explicar esta división hay que remontarse al anterior partido europeo que se disputó en Nervión, ante el Friburgo. Perotti también marcó, de penalti, y su celebración no sentó bien a una parte del sevillismo, especialmente a los aficionados de Gol Norte. Ello ha propiciado que desde entonces cada vez que ha saltado el jugador argentino al terreno de juego haya sido recibido con silbidos desde ese sector del estadio. Sin embargo, el contraste de pareceres entre unos y otros sevillistas adquirió un tono más en el choque contra el Slovan Liberec, pues de los pitos de Gol Norte se pasaba a los gritos coreando el nombre del futbolista en el resto de zonas del campo. El propio Perotti intervino este mediodía en SFC Radio y, tocando todos los temas de la actualidad del primer equipo, comentó esta singular situación que atraviesa, porque a su juicio es algo que más que en él incide en todo el equipo.