El Sevilla FC juega el miércoles otra final europea. Esta vez será en Budapest contra la Roma, tendrá que batir a los italianos para conseguir hacer más historia aún y proclamarse campeón de Europa League por séptima vez.
Uno de los artífices de la consecución de este éxito, ha sido el argentino Lucas Ocampos, que ha dado al equipo algo que le faltaba, fuerza, físico, gol y desborde.
Volvió en enero tras una cesión en el AJAX de Ámsterdam, no contó con oportunidades para jugar y donde se ha sentido maltratado y abandonado por la entidad neerlandesa. Al Sevilla todo esto le vino bien, ya que su llegada ha sido sin duda el mejor fichaje posible para la parte de arriba del equipo.
El argentino ha atendido a ‘Relevo’ y ha confesado lo mal que lo ha pasado estos meses en Países Bajos:
«Yo digo que el fútbol cambia muy rápido. Si te pones a pensar, yo hace tres meses estaba entrenando solo en un vestuario de juveniles en Holanda, donde había días que no podía entrenar porque no se presentaban ni los fisios ni los preparadores físicos para entrenarme y hoy estoy hablando que voy a jugar otra final de la Europa League con el Sevilla, el club que quiero, en el que me siento en casa y con toda mi gente. Esto va muy rápido y no te da tiempo a pensar en otra cosa. Yo miro hacia delante. Lo que pasó ya pasó y es una experiencia».
«Sí, obviamente. Yo nunca pedí un trato especial. Yo lo único que quería era un poco de respeto al jugador. De mí pueden decir un millón de cosas, pero siempre fui un buen profesional. Jamás puse mala cara ni tuve discusiones con nadie. Hasta el último día intenté ser un buen profesional. Ya cuando supe que no iba a jugar más, me entrenaba solo, iba siempre, aunque como os comenté, había días que llegaba y no había nadie. Yo me presentaba, hacía mi trabajo y lo que pasara no dependía de mí».
«Para no enfocarme demasiado en este tema porque para mí lo más importante ahora es la final, todo eso tuvo que ver. Problemas internos de ellos que al final lo terminé pagando yo. Llego a Holanda y me voy de Sevilla con una compra y cuando aterrizo es un préstamo. Yo me iba de aquí a un club serio, el Ajax, un histórico, esa es la verdad. Conocido por todos por los éxitos que tuvo. Ya la falta de profesionalismo en ese sentido fue una locura».