El argentino fue de los mejores hombres en la escuadra nervionense. Habiendo descansado el jueves sin haber viajado a Azerbaiyán, el ex del Olympique de Marsella empezó en una banda, pasó a la otra durante el partido y hubo momentos en los que también quiso percutir por el centro. Su derroche físico fue innegable y ofreció varios centros al área madridista que nunca encontraron rematador.