El club de Nervión llegó a un principio de acuerdo con el Spartak de Moscú, el club propietario de los derechos del internacional holandés, el miércoles. Tanto fue así que Quincy Promes iba a poner rumbo a Sevilla en un vuelo privado sobre las dos de la madrugada de ayer, hora española, para aterrizar en el aeropuerto de San Pablo a las siete de la mañana. La alarma sonó cuando el vuelo que tenía previsto tomar el mediapunta de 26 años fue cancelado. La razón no era otra que la solicitud del Spartak, ya de madrugada, hora española, de dos millones de euros más sobre el acuerdo de 20 millones. El Sevilla volvió a ponerse en contacto con el Spartak en la mañana de ayer para cerrar el asunto y no dar más pie a ese ambiente negativo que ha envuelto la planificación durante este verano. De esa forma, el acuerdo se cerró por una cantidad entre 20 y 22 millones de euros. Y Quincy Promes viajó.