“El ojo clínico no hay que dejarlo. No podemos olvidar ir al campo, oler el césped y ver al jugador durante el partido. Eso es necesario. Lo que te aporta el dato es seleccionar el rango de jugadores que tienes que ver. Y te va a concretar mucho más, siempre que seas capaz de diferenciar la señal del humo. ¿Por qué? Porque datos hay un montón. A veces me llama un agente y me dice ‘tengo un central que ha hecho dos goles’, ¿y eso a mí para qué me sirve? Es un dato inocuo, tenemos que ser capaces de caracterizar bien las capacidades de cada posición, en función de tu sistema de juego, luego darle una métrica y luego medirlo bien. Esa es la clave, y a partir de ahí sacas conclusiones”, señalaba Monchi.