Algunos jugadores arrastran un verano con poco descanso. Poquísimo. Habrá que ver cómo reaccionan sus cuerpos a una temporada exigente, con muchos compromisos, viajes y pocos entrenamientos, y con hasta tres partidos internacionales en el parón de selecciones. Uno fundamental es Lucas Ocampos, quien aún no tiene esa chispa que lo caracteriza, aparte de que necesita volver a encontrar su camino. Unas inoportunas molestias en la rodilla le impidieron ser decisivo en las semifinales y la propia final, aunque no se las perdió. En LaLiga se le ha visto ansioso por golpear antes de jugar. Le pasa con frecuencia acostado en esa zona donde el balón le llega con menos fluidez e interviene sin continuidad. El Sevilla carga su juego por la derecha, esté o no Ocampos. Allí tiene arraigo Jesús Navas, el verdadero conductor de los ataques hispalenses. Y el mercado ha permitido que Lopetegui no sólo pueda sustituir a Ocampos (tres de tres en Liga), sino que tenga alternativas a tener en cuenta. Munir y el nuevo Idrissi se mueven habitualmente por izquierda, sobre todo el holandés de nacimiento. Mientras Suso destaca por la derecha.