Monchi volverá a ser uno de los grandes animadores del próximo mercado futbolístico. Su nombre estará asociado tanto a compras sorprendentes -por desconocimiento, valor de mercado o interés de clubes de mayor presupuesto-, como a ventas millonarias. No le temblará el pulso. Su forma de actuar se conoce de sobra en Nervión y esa misma se ha visto en Roma. Un modus operandi que también pondera a la figura del entrenador. Pese a su forma agitada e impulsiva de ver en directo los partidos, el de San Fernando es hombre de mente fría a la hora a tomar decisiones. Aguanta hasta el máximo. De hecho, salió de Roma, entre otras cosas, porque no quería cesar a su entrenador. La primera decisión en su vuelta al Sevilla será la de elegir técnico. Monchi deberá tener tacto a la hora de decidir, sobre todo si apuesta, en contra de lo que opina un número importante de aficionados del Sevilla, por cambiar en el banquillo.
