Los sevillistas andan bastante preocupados por la situación deportiva del club. A principios de temporada parecía que la posición del Sevilla en la tabla era anecdótica, teniendo en cuenta la plantilla y el presupuesto de la entidad, nada más lejos de la realidad.
El Sevilla no acaba de salir de los puestos de abajo y de coquetear con el descenso, la preocupación es máxima y el club ya ha asumido que el único objetivo del año, es no bajar a segunda, lo que supondría una ruina económica, deportiva y social, nunca antes vista en Nervión.
El mundo del fútbol conocía perfectamente que las horas de Sampaoli estaban contadas, solo había que escuchar las declaraciones de los jugadores, habían perdido la confianza en Sampaoli, si es que alguna vez la tuvieron.
Los ofrecimientos fueron muchos, los conocidos de Joaquín Caparrós, Manolo Jiménez y José Bordalás. El primero no vino por la mala relación con Monchi, el segundo no fue apenas valorado y el tercero pedía este año de contrato y otro más.
Según podemos leer en ficherio.com, hubo otro ofrecimiento más sorprendente. Marcelo Bielsa a través de sus representantes ofrecieron sus servicios a Monchi, en el club no se querían más experimentos