Con el doble pivote Nzonzi-Pizarro volvió a dar la sensación de ser un equipo más sólido. Rico volvió a la portería y se mostró seguro. Buen partido también de los laterales, Mercado y Escudero, con constantes subidas para buscarle las cosquillas a la zaga del Spartak. Notable, por otra parte, fue la entrega en las bandas de un incansable Nolito y, sobre todo, de Pablo Sarabia, que una vez más se erigió en el mejor hombre de los sevillistas.
