Para Pepe Castro, «hay cuatro cuestiones propias que lo explican: el trabajo, el acierto, la fe y la humildad». En este último concepto se detuvo para indicar que «cuando hablo de humildad no me refiero a cáritas parroquiales. El Sevilla no es un equipo pobre en ningún sentido, ni el económico, ni en lo deportio, ni en lo social, porque ahí está nuestro amplio número de abonados. Cuando hablo de humildad me refiero a un entrenador que siempre habla bien de los entrenadores contrarios, antes, durante y después de los partidos. Y lo hace cuando gana y cuando pierde».
