Nervión ha hecho una versión futbolista de la Marsellesa que suena coral cuando la gradona invoca y empuja la bravura de los nuestros. Todos la hemos entonado alguna vez en nuestras vidas. Y hay vidas de sevillistas que no han dejado de entonarla jamás. Convirtiendo la versión blanca y roja de la Marsellesa en un himno más, en una canción más con la que engloriamos los momentos más intensos de un partido. Olé, Sevilla, olé.
