Difíciles momentos los que afronta Eduardo Berizzo al frente del Sevilla. Con un ojo en ese espinoso reencuentro con la afición del Sevilla este sábado ante un muy incómodo Leganés, un rival con escaso nombre pero que puede ser una horma venenosa en este momento, y otro en la cita con el Spartak dentro de ocho días, el técnico argentino parte hoy hacia Cartagena con la obligación no ya sólo de ganar y de trasladar al campo el claro papel de favorito, sino de hacerlo con la mejor imagen posible. Y ni así, ni ganando con holgura y dejando la evidencia de que el viento ha virado en la bimilenaria ciudad portuaria, se garantizaría Berizzo haber recuperado el crédito perdido.