En primer lugar, el trato es difícil porque el Sevilla cuenta con él. En la entidad hispalense saben que un jugador de la talla de Banega resulta muy caro en el mercado. El Sevilla pide una cantidad cercana a la cláusula del futbolista, es decir, un cifra que ronda los 20 millones de euros. Los grandes clubes árabes no suelen operar con ese tipo de cantidades. Un traspaso de esa magnitud unido a una subida de salario importante, por ejemplo pasar de los tres millones netos a los cinco, implica una operación tremendamente cara por un futbolista que acaba de cumplir 31 años.
