El Sánchez-Pizjuán es el escenario ideal para reencontrarse con las señas y corroborar que el último bochorno de Ipurúa fue sólo un accidente aislado. Hasta la última media hora del fatídico choque de Éibar, donde se desató la «tormenta perfecta» como lo ha definido el propio técnico, el Sevilla de Lopetegui ha mostrado en esta Liga credenciales muy sólidas, de equipo firme atrás y con mucho brío ofensivo, que sabe perfectamente a lo que juega y hasta dónde quiere llevar sus preceptos. Tras dos derrotas consecutivas, ganar hoy en casa a la Real Sociedad se antoja fundamental para agarrar confianza y tomar impulso en la tabla. Más allá de los buenos resultados que viene cosechando el rival, las sensaciones apuntan a que el conjunto txuri urdin será uno de los rivales directos por el objetivo de la Champions a final de temporada.
