Nada menos que 23 partidos seguidos sin ganar a domicilio lleva el Sevilla en la Liga. Unos dígitos a todas luces impropios de un equipo, de un club, que se considera ya un grande de Europa y que aspira a mantenerse en la élite española y que acaba de inscribir su nombre en el Libro Guinness de los récords. Y evitar seguir marcando un récord negativo es lo que pretende Jorge Sampaoli y el grupo de jugadores en una plaza que parece, aunque en el fútbol las apariencias tantas veces fueran engañosas, sólo parece propicia.