Desde su vuelta de Los Ángeles para el tratamiento vitamínico intravenoso hasta final de temporada, Nasri encadenó malas actuaciones, con lesiones y alguna que otra salida de tono, que no llegaron a tener la repercusión por la particular relación que mantenía con Sampaoli, tal y como aseguraba en la entrevista. «Tuve una relación de amistad con Sampaoli. Era un amigo, no un entrenador. Estaba loco. Me quería tanto que me dijo que fuera a su casa, que podía beber, salir, hacer lo que quisiera que él me cubriría frente al club. Sólo te pido que rindas cada fin de semana en el campo».
