La pitada de la grada que acabó en ovación

Corría el minuto 54 y los aficionados del Ramón Sánchez-Pizjuán se echaron las manos a la cabeza. El partido no iba bien para el Sevilla y la tablilla del cuarto árbitro indicaba un cambio: Diogo Figueiras por José Antonio Reyes. Y durante el tiempo que tardó el utrerano en marcharse del campo con gesto contrariado sólo se escucharon pitos contra Unai Emery. A la grada no le gustó que el jugador más desequilibrante de los de Nervión dejara el césped y, menos, que lo hiciera por un lateral que a veces juega de extremo.

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