El central catalán, de 26 años y 1,85 metros, está apartado del conjunto vigués por negarse a renovar su contrato, el cual expira en menos de un año, en junio de 2019. Ello le convierte en una buena oportunidad de mercado, ya que su club accedería a negociar su salida para evitar que el futbolista acabe marchándose libre el año que viene. Además, su cláusula de rescisión, de seis millones de euros, se antoja más que asequible para la inflación de precios que sufre el mercado. Su presidente, Carlos Mouriño, no suele otorgar facilidades. Recientemente ya dejó clara su postura inflexible con el delantero Maxi Gómez, otro de los futbolistas que interesa al Sevilla. Los de Nervión sí mantienen, en cambio, una relación fluida con la agencia de representación de ambos, Stellar Football Ltd, con la que hace pocas semanas cerraron la compra de Roque Mesa al Swansea.