Mucho se había hablado durante los últimos días del mercado sobre la idoneidad de que el Sevilla contratase un futbolista más tras los nueve que ya había cerrado con el costoso refuerzo para la delantera de Fernando Llorente. Algunos apuntaban a un reemplazo de Denis Suárez, y otros volvían a recurrir a la cantinela de reforzar la portería ante las dudosas actuaciones de Beto y la poca experiencia de Sergio Rico. Pero Monchi decidió hacer caso a Emery y trajo a un defensa central con el que completar la retaguardia del primer equipo. La razón terminó de fraguarse durante el día 31 de agosto.