Todos los aficionados del Sevilla sabían de las limitaciones económicas que sufría su club, antes de que comenzara el mercado, y que vienen tiempos difíciles.
La llegada de Antonio Cordón supuso un ápice de ilusión en esos sevillistas, que vienen sufriendo mucho en las últimas temporadas, sobre todo el curso pasado, en el que su equipo sólo se quedó a un punto de bajar a Segunda División.
La realidad es que el director de fútbol sevillista, ha hecho lo que ha podido. La situación económica y el límite salarial han puesto al extremeño entre la espada y la pared, por lo que hay operaciones que se han quedado en el tintero.
La salida de Álvaro Fernández hubiera sido importante para poder incorporar algún centrocampista o delantero, sin embargo el cancerbero, que ya sabe que no va a jugar ni un partido más con el Sevilla, rechazó ofertas de Segunda División y también del extranjero.
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Salvo que se produzca una rescisión de contrato entre las partes, el meta no estará en ninguna convocatoria, y tendrá que ver todos los partidos, al menos hasta enero, viéndolo desde la grada.
