Julián Rubio, técnico del Sevilla FC cuando el 1 de junio de 1997 se consumó su descenso ante Real Oviedo y del que este lunes se cumplen veintitrés años, afirmó que aquel equipo bajó «de una manera muy digna, nunca bajó los brazos», y que «faltó muy poco» para la salvación pese a la «situación crítica» que le tocó manejar. «Siempre la vi posible. Tuve que gestionar una plantilla mal hecha, con tres partes. Los canteranos, los veteranos y los fichajes de esa temporada: conjuntar eso era complicado y algunos futbolistas se quitaron de en medio, incluso antes de que yo llegara», rememoró para Efe Julián Rubio. El entrenador albaceteño aún lamenta que «el día antes del descenso se dio un resultado muy improbable», la victoria del Sporting en el Benito Villamarín, «que obligaba al Sevilla a ganar en Oviedo para no bajar ese mismo día» a Segunda División.