El Sevilla juega mañana en Copa del Rey frente al Toledo. Un partido que en principio no debería suponer problemas, y ser simplemente un trámite, pero que viendo el momento que arrastra el equipo, es normal que el aficionado tenga miedo.
En el mundo del fútbol se pasa de la alegría a la tristeza en apenas unos días, y es que no hace tanto el Sevilla vapuleaba al Fútbol Club Barcelona y daba la sensación de que incluso podía pelear por algún puesto europeo.
Ahora, después de haber perdido con el Mallorca en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que en ese momento era colista, y luego en Anoeta frente a la Real Sociedad, el futuro se ve con mucho pesimismo.
Cuentan en COPE el periodista Víctor Fernández, que Matías Almeyda tenía un cabreo brutal después del partido, y que entró al vestuario del campo como una auténtica fiera.
Siente que está trabajando mucho y que los jugadores están muy implicados, pero que siguen cometiendo errores garrafales, de infantil, que frenan la progresión del equipo.
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Se ha dado cuenta de que falta muchísima calidad y que en el momento en el que se lesiona algún hombre de la columna vertebral, al conjunto no le da para más.
Quiere que estén concentrados durante todos los minutos del partido y evitar acciones arriesgadas atrás, como en el saque de banda de Carmona.
