Tras la final ganada por 1-3 ante el Liverpool inglés, los jugadores entrenados por Unai Emery volvieron al campo con camisetas alusivas a Antonio Puerta, jugador internacional fallecido en agosto de 2007, justo antes de la Supercopa de Europa que el Sevilla perdió con el Milan, y al malagueño Berruezo, que murió en el campo del Pasarón de Pontevedra durante un partido en enero de 1973.
