Tras pitar un penalti a favor del Madrid cuando se empujaron dos jugadores del mismo equipo, ayer el VAR tuvo que intervenir para evitar otra auténtica golfada a favor del equipo merengue.
Mateu Laoz pitó un penalti a favor de los blancos en una acción que se produjo a más de un metro fuera del área. Una jugada que nos recuerda a otras de la historia madridista, en la que la ausencia del VAR consentía auténticas tropelías.