El sistema de Lopetegui, con los laterales siempre en campo contrario y esa presión alta casi suicida, requiere de unos pilares defensivos muy definidos. Centrales sin miedo a abandonar la zona de confort, dejando metros y metros a sus espaldas, y un pivote defensivo con lectura de juego y mecanismos defensivos perfectos. El esquema del técnico necesita una red de seguridad y ésta la proporciona el mediocentro procedente del Galatasaray. Monchi tenía claro que Fernando era su hombre. Lopetegui, también. Y es que el jugador, a sus 32 años recién cumplidos, sabe que esta vuelta al fútbol de elite en cuanto a la potencia del campeonato doméstico español, le va a exigir dar su mejor versión. Y el club es lo que necesita.
