La cartelería anuncia en el Bocho para hoy el mismo partido de hace apenas tres días: Athletic Club-Sevilla Fútbol Club. Clasicazo donde los haya en la piel de toro. Pero las similitudes entre el encuentro de esta tarde y el del jueves se paran en los nombres de los litigantes y en los uniformes que lucirán. A partir de ahí, las diferencias se disparan. Si acaso, repetirán dos, tres o cuatro piezas en cada una de las dos formaciones. Pero no más. Y esa engañosa similitud será el primer enemigo que se encuentre el Sevilla de Pablo Machín en este partido que cierra la primera vuelta de la Liga. Antes de que ese histrión que atiende por González Fuertes dé el primer pitido, ya jugará a favor del señero equipo vizcaíno el fresco perfume que aún disfrutan los sevillistas del 1-3 en la Copa. Una fragancia que puede resultar embriagadora hasta la confusión.
