Kranevitter se ha integrado a la perfección en un grupo en el que sus compatriotas se están haciendo fuertes, y futbolísticamente no ha tardado nada en hacer sus funciones tal y como las desea Jorge Sampaoli. El argentino se coloca bien, tiene buen trato con el balón y lo distribuye sin complicaciones, pero con evidente calidad técnica. Es, quizás, lo que le faltaba a un Krychowiak que suplía con su presencia física sus carencias.