El Sevilla decidió no recurrir ante el Comité de Competición de la RFEF (sí lo hubiera hecho si sólo hubiese visto la primera amarilla, que también acarreaba sanción) ni tampoco lo hará ahora ante la UEFA que, pese a que la televisión deja en evidencia muchas veces las decisiones arbitrales, muy pocas veces hace caso a los recursos de los equipos.
