Precisamente en momentos como éstos son en los que se agradece tener, como suele decirse, los deberes hechos, aunque quizá sea una reflexión conformista y poco ambiciosa para un equipo, el de Unai Emery, que si está donde está es por su voracidad de éxitos y resultados. Pero es en situaciones como en la que el Sevilla afronta al sur de Madrid cuando se valora lo mucho acumulado en las alforjas.