“Tienes que comer bien, cosas saludables, dormir bien… Los músculos deben estar preparados para aguantar cualquier esfuerzo”, explica Krychowiak, quien indica que unos de sus secretos es el de no permitirse ningún tipo de capricho, como comer dulces: “Mis padres, cuando estaba en Francia, me mandaban dulces como muestra de cariño; cuando me lesioné, les dije que no lo hicieran más. Otra vez que no me aguantaron los músculos, llegué a casa y le dije a Celia, mi novia, ‘Basta’. Agarré todos los dulces que había y los tiré a la basura. La carrera de un futbolista es corta, por lo que cualquier sacrificio vale la pena”.
