Una plantilla con Dani Parejo, Nani, Rodrigo, Cancelo, Munir o Santi Mina debe intimidar a cualquiera en esta Liga. Mucha pólvora concentrada en ese arsenal. Pero el Valencia es hoy un equipo bloqueado. Que se cree bastante peor de lo que es. El caos institucional y los bandazos en la política deportiva han terminado por desnortar a una plantilla que mora a dos puntos del descenso cuando está a punto de atravesar el primer tercio del campeonato. Para solucionar tamaño enredo recaló Cesare Prandelli en Mestalla por Pako Ayestarán. Un italiano cuyo ideario necesita una premisa: «Limpiar la mente de los jugadores».
