Ante el equipo turco, la presión adelantada del Sevilla y la apertura de líneas, por la posición de los medios que jugaron por delante de Pizarro y los dos extremos (Jesús Navas, N’Zonzi, Banega y Correa), propiciaron un equipo largo que tuvo problemas para el repliegue por distintos factores. El calor, la presión psicológica, la falta de ayuda de los extremos por dentro, el esfuerzo ante un rival que la tocaba… Con poco, el Basaksehir marcó dos goles y pudo hacer el tercero, pese al reajuste de Berizzo en el descanso ordenando que N’Zonzi retrasara su posición.
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