El Sevilla afronta la vuelta ante el Athletic con la ventaja del 1-2, pero con la consigna de que está prohibido confiarse. Emery quiere que los suyos jueguen como si fuera una final.

El Sevilla afronta la vuelta ante el Athletic con la ventaja del 1-2, pero con la consigna de que está prohibido confiarse. Emery quiere que los suyos jueguen como si fuera una final.