La ciudad de Sevilla ha asistido este fin de semana a una nueva polémica en torno a los dos equipos de la ciudad, con motivo de la presentación del cartel de la Cabalgata de Reyes.
Como todos ya saben, el autor, Fernando Vaquero, reconocido seguidor verdiblanco, ha pintado una camiseta del Betis, representando a una parte de los ciudadanos con los que comparte equipo y obviando al resto.
Igualmente, como todos los sevillanos un 6 de enero, tenemos ya colgada la túnica de nazareno, no vaya a ser que se nos eche el tiempo encima y nos quedemos sin vestir en Semana Santa.
El pintor ha querido expresar en una obra global para toda la ciudad de Sevilla, algo particular suyo, olvidándose a quien va dirigido el cartel.
Pinta para él, sus hijos y familiares béticos, el cartel que le gustaría tener colgado en el salón de su casa, su cartel, no el de la ciudad de Sevilla.
Representar a sólo un equipo, no es más que una muestra su complejo de inferioridad y sus frustraciones, queriendo vanagloriarse de sus colores en un ámbito fuera del puramente deportivo, donde su equipo, por cierto, no lo hace.
¿Hasta cuando los sevillistas vamos a tener que aguantar este tipo de ofensas? ¿Por qué nuestros hijo no se pueden sentir identificados en algo tan bonito como la celebración de la Cabalgata de Reyes? ¿O es que no se hubiese suspendido la cabalgata este año en caso contrario?
Y lo mejor son las explicaciones del director del Ateneo: «‘Pepe (Castro), tú sabes perfectamente cómo es la cabalgata y cómo es el tema’ (¿A ‘qué tema’ se refiere?). Esto es Sevilla, los artistas, y no puedo decir más nada…»
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El único equipo que ha traído gloria a esta ciudad y que la ha puesto deportivamente en el mapa es el Sevilla FC.
Porque tengan por seguro, que si el Betis hubiera ganado 7 Europa Leagues, habría replicas de 30 metros de altura en toda la Avenida de la Palmera, para que los sevillistas tuviéramos que agachar la cabeza cada vez que fuéramos en coche camino de las playas de Cádiz.
