A algo más de 24 horas para que ruede la pelota en el coliseo nervionense, lo cierto es que existe temor dentro del club de que lo acaecido el pasado lunes tenga su incidencia sobre lo puramente deportivo y que las miradas estén más centradas en el palco que en la grada. Evidentemente, la afición sevillista se manifestará en el sentido que crea oportuno y cuando piense que debe hacerlo. Eso no quita que también en el vestuario estén con la mosca detrás de la oreja por el ambiente que puede rodear a la cita.
