Desde hace algunos años, la normalidad impera en la rivalidad sevillana y así se desprende de la relación cordial entre los dirigentes de ambos bandos. El mensaje enviado en la previa del encuentro, y reiterado por el alcalde, Juan Espadas, en los prolegómenos, se cumplió a la perfección, y los únicos sobresaltos en el palco correspondieron a los propios de un duelo de alta intensidad y que también encontró sus jugadas polémicas, lo que alimentará el morbo de las conversaciones de los próximos días.
