A este Sevilla que deambula por los terrenos de juego de media España, que ha hecho el ridículo media docena de veces esta temporada y que va camino de pegar un petardazo en el curso en el que sus arcas rebosan de millones de euros, no se le ocurre otra cosa que pedir a sus aficionados que le den «más cariño». Palabras de Nolito (y no es el primero en la entidad) al acabar, como si fuese responsabilidad de los que se dejan el alma (y medio sueldo en el abono) el levantar lo que desde los despachos están empeñados en hundir.