Carriço estaba cumpliendo su séptima temporada consecutiva en Nervión. Era el jugador que mayor tiempo continuado llevaba en el vestuario. Capitán, respetado y valorado, tanto por el club, como por el cuerpo técnico. Incluso Julen Loptegui, entrenador, le había dado su sitio desde el inicio. Fue titular hasta que cayó lesionado. Le transmitió confianza e incluso intercedió por él para que continuase vinculado al Sevilla. ¿El problema? Que Monchi sólo le ofrecía a Carriço una temporada más de contrato, con 31 años todavía el defensor. «Lopetegui transmitió al club que quería que me quedara, que era importante para él y para el equipo. Pero no llegamos a un acuerdo porque quería un contrato de dos años y Sevilla solo me ofreció uno», destacó el luso.