Caramelos o pañuelos en Nervión

Cuando los Reyes Magos se dispongan a lanzar sus últimos caramelos, el Sevilla saltará al césped del Sánchez-Pizjuán con un único propósito: ganar. Lejos del tópico, el partido contra Osasuna ha cobrado una importancia tal que la temporada puede dar un vuelco en función de su resultado. Tras perder en Anoeta, el Sevilla acumula 8 derrotas en 17 jornadas, las mismas a estas alturas que en la temporada 1999/2000, campaña en la que terminó descendiendo. Por aquel entonces, el equipo entrenado por Marcos Alonso era colista con 13 puntos, mientras que en la actualidad su situación no es tan dramática pero sí bastante preocupante. Todo lo que no sea ganar a Osasuna podría desembocar en el fin de la era Míchel y en un cambio de rumbo.

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