Bono, hasta en ese fichaje ha acabado acertando Monchi… Después del error que cometiera en el epílogo de la eliminatoria contra el Cluj, anulado por mano afortunadamente para él y para todos los que sienten en sevillista, el marroquí se ha ganado el sitio desde que Vaclík se lesionara en la rodilla contra el Eibar. Todos los que cuestionaban a Monchi por su elección para ser el segundo guardameta le han ido la razón al isleño y después del penalti que le paró a Raúl Jiménez más aún. Transmite seguridad y eso hace crecer a una defensa.