Álvaro García (25) es el futbolista de moda. De momento, juega en el Cádiz. Digo bien: una docena larga de equipos (media Europa, aseguran en el equipo amarillo) de postín están dispuestos a pagar del tirón los 8 millones de su cláusula para llevárselo en esta ventana invernal. El club gaditano solo espera que termine esta película con presumible final agridulce: recibirá un talón por dicha cantidad, pero perdería a uno de los jugadores clave para dar el salto a Primera. O no.