Julio Baptista es uno de los futbolistas históricos de una época gloriosa en el Sevilla. En un equipo entrenado por Joaquín Caparrós y con Monchi en la dirección deportiva, ayudó al crecimiento de la entidad.
El delantero brasileño fue una de las primeras grandes ventas del de San Fernando, además colaboró para la primeras clasificaciones europeas del equipo sevillista, y acabó marchándose al Real Madrid en un traspaso millonario.
Así recuerda su época en Nervión: «Tengo una conexión con todos los equipos en los que he jugado, pero el Sevilla siempre será especial. Marqué 47 goles en dos años, era un tanque. A partir de ahí empezaron a llamarme La Bestia. Media Europa me quería”.
Lo cierto es que su sueño cuando se retiró del fútbol, era ser entrenador, pero hasta ahora no ha tenido éxito, y lo máximo que ha alcanzado ha sido entrenar al filial del Valladolid, cuando estaba Ronaldo de presidente.
Denuncia en la Gazzetta dello Sport que existe racismo en el fútbol actual en relación al mundo de los entrenadores, y justifica que no haya apenas técnicos de color en las cinco principales ligas:
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«Es un hecho. ¿Cuántos entrenadores negros ves en las cinco ligas principales? Yo no veo muchos. Me gustaría pensar que es sólo una coincidencia, pero lamentablemente no lo creo. Hay menos oportunidades. Espero ser yo quien revierta esta tendencia, nunca digas nunca».
