Banega pidió permiso en forma de quinta tarjeta para adelantar sus vacaciones y asistir en Argentina a la boda de su hermano, como publicó él mismo en Instagram. Sí se mostró contrariado Machín, en cambio, con la quinta amarilla que vio Sarabia, y que no tenía un motivo tan fraternal, dado que el jugador estuvo en Leganés con el equipo –también con su familia– como uno más, y podría haber jugado de no mediar aquella inoportuna y absurda amonestación por perder tiempo ante el Girona.
